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-54- me in initio viarum suarum-El Seüor me dió la vida, me hizo existir, etc. fl. 0 Además, si uno eodemque decreto Cl<m divince Sa– pientice lncat·natione fuit prcestituta lmmaculata Concep– tio¡ el ser concebida sin pecado no puede ser intuittt meritorum Christi Jesu. Porque si la Concepción Inmaculada de Maria va ín– timamente unida al decreto de la existencia de la En– carnación, es anterior á los méritos de la pasión y muerte de Cristo, que suponen la existencia de la Vir– gen y la Maternidad divina de María, y por eso así como la maternidad de María no puede ser ex meritis Christi, sino ex pura gratia, así tampoco la Concepción Inmaculada de Ella, no sería ex meritis ()hristi, sed om– nino gratuita Dei voluntate. Pues, como enseña el Doctor Angélico, (1) princi– pium meriti non cadit sub merito, et ideo nec ipsa gratia, quía est me1·endi principium¡ multo minus incarnatio cadit sub merito, qure est principium gratire secun– dum illud J oan. 1. 17, Gratia et veritas per lesum Chris– tum {ácta est. Y si la encarnación, que no es otra cosa que el Verbo hecho hombre y María madre de Dios, no puede caer sub merito; tampoco caerá todo aquello que entre en la constitución de la Encarnación, sea de parte de Cristo, sea de parte de su Madre; y por eso si las palabras de Pio IX .que ciertamente hablan del decreto constitutivo de la Encarnación, recaen sobre Maria, ut lmmaculata, es decir, que la Immaculada sea parte de ese primer decreto, no sé cómo puede ser ex meritis Christi. (1) 3 p. q. 11, art. 11. Cf. LEPICIER. Tractatus de B. V(r~ine P. J, c. 1, a. 2, pag. 16 sg.
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