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130- II Qué juicio formaron de la opinión del Doctor Angélico sus mismos contemporáneos? Ningún teólogo osará decir que lo" escolásticos coetáneos del Santo y los que ·le siguieron inmediata– mente, no estaban en situación de comprender recta– tamente la doctrina de Santo Tomás; al contrario podían conocerla mejor que nosotros puesto que su formación científica era tan semejantes á las del An · gélico. Por otra parte como la controversia de la Inma– culada era en tiempo de Santo Tomás cuestión de actualidad, si sus contemporaneos vieron en el un de– fensor do la Inmaculada, lo habrán consignado en sus obras, y los defensores de la opinión piadosa habrim robustecido sus argumentos con la autoridad del An– gélico Doctor. ¿Es así? Una de dos, ó Santo Tomás no defendió la Jnmacu– culada, ó lo hizo tan mal, que sus coetáneos no lo advirtieron: En efecto: S. BuENAVENTURA, el amigo do Santo 'l'omás, dice, que no había oido á ninguno que defendiese esa opinión.» Nullus autem invenitur dixi– sse ex his quos audivimus auribus nostris, Virginem Mariam á peccato originali fuisse immunem.• (1) EscoTo nos dice que en su tiempo era cosa corriento el afirmar que María contrajo el pecado original. Utrum B. Virgo fuerit concepta in originali peccato? Dicitur communiter quod sic: propter auctoritates ad– ductas et propter rationes assumptas• y esas razones son las que trae Santo 'l'omás. (2) Pedro Aureolo: que escribía treinta ó cuarenta anos despues de Santo Tomás, en el cap. V. quiere probar que no es contra la fé el afirmar que defacto Dios pre– servó á María del¡)ecado original, y uno de los ar~u­ mentos que aduce para probar su tesis es la autoridad de los Doctores que la siguen; y no es cierto que si Pedro Aureolo hubiese creído que Santo 'l'omás em (1) STI BONAVENTURR. Opera Omnia. In 3 sent. dist. 3. urt. l. q. 11. (2) ScoTus. Quaestiones disputatae etc. loe. cit. p. 13.

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