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- 86- '!·- .... .-. ,·~·-· · c .. ~cc:f teca de manusci"Íto¡¡ del Vaticano, uno en el que defiende á María Inmaculada con tal ingeni o, que le mereció el título de Doctor iJtgntiosissi– mus: testigo Nicolás ck\ . l.ym; emin ente teólogo, encm·gado de examinar la opinión ele Juan XXII sobre la visión beatífica y gran expositor de la Sagrada Escr·itura, que cscribi•í Tractatus jwcerrogat iva· sill.'[lllar is gloriosa· f/frgillis Afaricc, y testigo el P. Juan Vital, español, te6- logo ele nombradía , que encargado por· la Uni– versidad de París, de r·cfuta r las tesis del domi– ni co P. Juan de Mnntesón, dió :i luz (1::1'\7) una obra intitulada Dcjátso ri1llll pro lim1wntlata COJICI'f>tiou e B. V. ¡)Járill', por la cual mereció los plúcemcs y felicita ciones de la Universi– dad (1). Y ¿á qué se debe, para concluir con el , sig lo XIV, el que en los años de 1:1.'\S y 1 3~N, mu chos teólogos entre ellos Juan Nico lús y Juan Tomás, dominicos, se retractasen de la opinión menos piadosa, que habían defendido, y lo hicie– sen en las iglesias de los fran ciscanos, sino á la fama por éstos conquistada, defendiendo :í :VIa6a Inmaculada? P er o si en el sigl o XIV fué fan gra nde el mo– vimiento en favor de la Purísima Concepción de María, todavía fué mayor en el sig lo XV: y tanto mayor y ele más autoriclad, cuanto es ma– yor la autoridad de los Papas y Lle Jos Concilios, (1) Sbaralea. Supplementum ad scriptores trium Ordinum ¡1 S. P. ]'rancisci. p. 466. fi ()·::.....,_::.··:··· il

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