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. LA INMACULADA YLA TRADICIÓN DE LA OROE NFRANCISCANA -:¡ ; ·r.J[TO~ míos, atribuid á María todo aquello {Í; (r_,, que no repugne á una pura criatura., Así se expresaba el Serafín llagado del siglo XIII, cuando en cie1·tíl ocasión, queriendo dar expan– sión a l afecto que hacia su excelsa Reina sentía, no dudó en predicar de Ella su Concepción In- i[ maculada . V tan bien r espondieron sus fieles !1 hijos á esta invitación, qu e desde luego, di ce el 1, docto J esuita P. V clazquez (1), pudo llamarse 11 opini6n frrmciscana la opinión piadosa sobre !i la Inmaculada. Y ha sido tan grande el número 1 .. '1 de escritores defensores de la Purísima Concep– ción, 4ue el Seráfico Patriarca ha contado entre sus hijos; que el Tostado, "aquel monstruo de la naturaleza, . como lo apellida un escritor (2), á :! i¡ \¡ il ,¡ (1) De Conceptione, Diss. lX, adnot. II. n. 0 III ubi Pa- 1! 11 normitanum et Abulensem ita. sensisse asserit. :¡ J~-- ~:) ,:¡:~:~,fía _Eclesi{~sti-~~~ t-- ~J p. 2U4 =Tostatlo. ~el)--_~ ~-" l