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<:),1!, '" -149- ====f dientemente de nu estro ente ndimiento. Luego no es él, sino Dios, la única fuente de la verdad ". Negando este principio, 6 por mejor decir, esta– bleciendo el principio diametralmen te opuesto es como han leva ntado los racionalistas el edifi– cio de sus contradictorias doctrin as . Si nuestro entendimiento es la medida de lo verdadero, él es la verdad a bsoluta, ind ependi ente y necesaria de donde las cosas reciben su verda d; no podrá existir un orden intelig ibl e superior a l ord ,,n in– teligible humano , no habrá misterios, no podrá haber orden sobrena tural. Mas si queda demos– tra do que hay un mundo intelectual desco nocido para nosotros, cuyas verd ades son demasiado sublimes para el pobre y mengu ado entendimien– to humano, y cuyas ma ravillas deslumbran nues– tra razón , como deslumbra y ciega el astro del día con su resplandor los ojos del que quiera mi– rarlo, entonces la doctrina racionalista queda .: sin fundamento, destruido su principi o y desmenu– zada s sus consecuencias. P orqu e si es cierto qu e ha y un entendimiento que es respecto del nuestro infinitamente más qu e el de un sabio filósofo con relación a l de un rústi co ig norante, un entendí- ! 11 mi ento á cuyas ideas debe adaptarse como á su ¡r ¡r molde , y ejemp lar, para qu e pueda se r verdade- :1 ro todo cuanto fuer a de Dios existe, i1t1estra ;llf razón nt~ podrá reclamar el derecho ele ser la :¡ fuente ele la verdad, no podrá aspirar á la inde- ~~ 1 P endencia tluc ambiciona, se verá precisada á :¡ l . iJ 1 ¡· reconocer el orden objetivo tal como es fuera ¡¡ 11 O' "- ~

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