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-145- 'k " ellos mismos han dado fuerza y eficacia al argu- !1 mento que demuestra lo desatinado ele su nega- '1 ción. Chocar con la piedra de la Iglesia es es- ¡ trellarse contra ella (1). j La definición dogmática de la Inmaculada ji Concepción contiene todavía dos ali.rmaciones: ji la divinidad de Jesucristo y la existencia del pe- ji cado original. 11 Jesucristo es Dios. He aquí la razón de todos ¡1 y cada uno de los privilegios de María . La di vi- Ji nielad de J esucristo , ósea la divina Maternidad 11 de María, es la única causa del encumbramiento de la Virgen á un grado de santidad superior al 'i de toda pura criatura. Dios hizo á María para 1 Jesucristo: "L a cxtstencia de Maria y la En- !~ carnación del Verbo fueron objeto de un mis- 1! mo decreto en la mente diz·ina» (2). Por consi- ji guiente Dios no pudo pensar en María sino para ¡1 engrandecerla y pam hacerla digna de se r ele- 11 ji vada á la Maternidad divin a. P or la mi sma ra- 'ji 1 1 zón, la Virgen que fué objeto ele mayo r prcc.li • i 1 lección que los úngeles,· pues la dignidad ú que 1 1! fué predestinada excede ú la de todos ellos, debicí . 11 ji! ser adornada desde el primer insta nte de su Con- lj cepción de gracias inünitamente mayores que las 1 J. que recibieron los más encumbrados Serafines 1 ¡ 1[ ljl (1) «Omnis qui cecideril super illum lapidem, conquassabilur; 1 11 superquem autem cecideril, comminuel illum•. (Luc. XX, 18). (2) • V1rgmis pnmortfi3 uno eodemque decreto cum dlvinff! i 1 Sapienlifll /ncar11alione (uerunl pmesl!lufa». (l:'io lX, Bulla lne(- ¡¡ IJ (a,bilis). l. ,y~,==--=--=~-- ----- ---- =~-~~-~~~ --·~:, 19

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