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-Wü- social. J\ e¡ u í es _va un Juan Sa ntia go l~ousseau, ( 1) que, dedl!l-i<.: n;lo la so/Jtrallía dd f!itl·blo como lillima consecuencia de la sobe ranía de la raz<ín , produce una horro rosa catústrofc que todas las ge nerac iones mirarún con miedo y espanto . l .a nnci<ín rcgil· ida que nn s upo apagar su sed de li – be rtml sino con la sangre augu sta de su monar– ca, se vití anq,~·ada en s u propia sangre que, cor– riendo ú tn1Tentcs, mei:clabn el munnullo fatí– di co ele sus lw nd ns con ls>s acompasados golpes de la g uill ntinn, únic o l:L"lro legítimo en manos dd I~a cioil alis m o . Ante u;tns de>:<g racias todos los pueblos tem– blaron, y un movimiento rea ccionario se notó entre las naciones. Ei reinado de J esuc risto hu– hi é rasc establec ido de nu e vo , s i hubi e ra apare– c ido en Europa un cmpcntdo r del celo de Cons– ta ntino. Mns no su¡·g i<Í un Constantino, si no un Juli a no ap<í~tata que unía :í. su genio conquista- dor el od io ú J esucristo y {t su sa nta Igl esia. E l supo a hoga r con su <t bsolutismo los c la mores de la democracia , pero e n s u persona misma estaba personificado el triunfo del Rac iona li smo. E l Có– d t/ro de Na pol e<Jn y sus / lrtíutlos orgánicos (l) • La voluntad general es siempre recta-no siendo las leyes 1 más que actos auténticos de la voluntad general, el Soberano ·no ·¡ puede obrar sino estando el pueblo reunido - toda sociedad que no 1 se funda en un contrato ;ocia/ es tiránica.» [Rousseau, en "u Con- 1 /mio social) (Cf. Ag. Hist. ecles. n. 14i:l9.) • El Cristianismo es -~~ tan evidentemente malo, que es inuti/ demostrarlo.» (Rousseau, tJ' Discurso sobre economiJ palilica) (Id. ibid, n. 1440. _l

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