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MUERTE DEL P. ESTEBAN consejo de su Venerable P. Esteban. La muer– te se lo arrebató el dia 14 de Julio del año 1828, a los 52 años de edad. Esto solo hubiera basta– do para dejarla desolada y como desorientada aún en las circunstancias normales de su nacien– te Instituto. Pensemos, pues, qué sensación de vacío y soledad experimentaría la sierva de Dios en coyuntura tan dificil, .viéndose privada del ángel tutelar que de cerca y de lejos la había llevado por los caminos de Dios durante diez años. Alcanzó la muerte al varón apostólico cuando est.aba entregado a misiones y búsque– da de &lmas, lejos de Vich. No vi6 él los prime– l'OS éxitos de la M. Joaquina, sino que, como le escribió para consolarla el Obispo do Solsona, en carta del cinco do Sntiembre, e habia sido trasladado al cielo para prodigarle desde alli una ayuda más eficaz•: y por cierto que fué necesaria la intm·vención de aquel siervo de Dios para que su obra no fracasara en sus pri– meros pasos. A la muerte del P. Esteban quedaron en po– der de la Fundadora unos apuntes íntimos quo él le había dictado como complemento de la Regla para ellas compunsta. Estos apuntos dn la Madn,, y la misma Rngla manuscrita del 1'. Esteban, conservados hoy con vPneración en el archivo general del Instituto, anduvieron va- 1-ios años copiados do numo en mano entre las Carmelitas, hasta que, lwcha la prueba canónica,

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