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66 BL INSTITUTO DE C,\RKELITA~ DE LA CARIDAD Por más que el P. Esteban encarece mucho que el Instituto ha de estar penetrado de la de– voción particularísima a la Virgen del Carmen, cuyo hábito llevan sus hijas, todo el escrito res– pira espíritu seráfico; santa alegría franciscana, .notada en todas partes por los que de cerca co– nocen a los Carmelitas do la Caridad; un espíri– tu admirable de llatwza y distinción en su trato y conversación, de paz y unión fraternas, nutri– das por la observancia do una~ Gonstitucione~ hechas pór un hijo de San l<'rancisco para roli– giosas que profesan el espíritu amable, activo, alentador y gallardo de Sta. Teresa de Jesús: cPara que esta Regla, dice un artículo adicional de la misma, se imprima bien en vuestro cora– zón, os ordeno que la leáis cada Viernes•; lo mismo que se usa en las órdenes fra!:ciscanas . con su Regla propia. En la revisión posterior de las Reglas se detorminó que fueran leídas una veZ al mes. Hablando de estas Constituciones la V. Mad1-e · .Fundadora solía decir: e que el P . Esteban, ante11 de morir aseguró haberlas escrito sin mirar el papel, sino con los ojos fijos en las llagas deJe– sucristo>. Y la misma Madre Joaquiria contó a la Hermana Catalina de Jesús que cuando el P. Esteban le entregó las Constituciones le dijo: caquí tenéis el camino del cielo, si lo seguís, os aantificaréis:o. Y sucedió que réunidas todas las Hermanas para oír por primera vez la lectura de J ¡

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