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FJL PRIIIIllR COLEGIO DE NIRAB 63 mo la vida... calladamente: no necesitan esce– nario. Se trataba en 182ft Jo preparar las primeras . discípulas de la Mndm y las primeras maestras . de las nilías. El Manso do! Escorial, convertido-– en noviciado y colegio, presenció los primeros> humildes ensayos. Abrió la V. Madre una escue– la primaria donde l"<)cibió las niñas pobres que · hubo a la mano: ella personalmente y las mis- · mas novicias les ensoñaban a leer, escribir, sa– car cuentas, obras de mano y el Catecismo de la . doctrina cristiana: y ese poqueño núcleo es el germen;la célula quo uió vida prActica y fecun- · da a las aptitudes podag.\gicas de aquellas jóve– nes que, guiadas por un in6tinto divino llamado · vocación y gracia de estado, adquieren luego·. adaptación convoniente para ulteriores progre- · sos como veremos más adelante. Al mismo tiem– po la buena Madre salía a ocuparse de los en- · fermos en el Hospital de Vich, y aún en las ca– sas de los desvalidos. Ella misma cuenta estas primeras ocupaciones : de sus hijas en carta al señor Estrada del 17 de Abril do 1826: cDesde media cuaresma, le dice, . tongo nn mi compañia nuevo hijas espirituales, con npmhaci{m do! Btlñor Obispo. Nos aplicamos a lnH niñaH y a velar donoeho a los enfermos. Trabajamos para com{lr; Dios lo bendice todo, . porque si ol trabajo no alcanza El toca el cora- · zón de ulgu nn alma lmuna. 'l'odo lo hacemos se---

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