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54 LA HFlRKANA JOAQUINA DE S. FOO. DE AtliS más difundida estuviera la instrucción primaria mandada; cuantos más fueran los que supiaran leer y escribir, tanto mayor difusión y arraigo tendrían las ideas racionalistas de los políticos reinantes y las páginas volterianas importadas a España; y esta nación eminentemente católica, que, apoyada en su fe religiosa, sostenida _por su clero y guiada por su sentido práctico y co– raje indomable, había vencido las hordas invasoras expulsándolas del suelo patrio, en pocos años más perdería su tradicional fisono– mía y podría soportar gobiernos afrancesados, contagiados de los errores de allende los Piri– neos. Así fué, desgraciadamente. El voluble y tími– do Rey D. Fernando VII fué juguete de ambi– ciosos y provocó imprudentemente las primeras guerras civiles carlistas que tanto y más tenía.n de defensa de la religión que de los derechos de la. rama masculina de los Barbones al trono es– pañol. En el año 1826 el rey firmó una real cé– dula reglamentando las escuelas primarias. En ella, articulo 197, se habla especialment.e de es– cuelas para niños, dejando a las Juntas Munici– pales y Ayuntamientos el cuidado de establecer escuelas especiales para las niñas. En este mo- . mento llegó providencialmente la oraen de Dios, como si saliEn.·a. al paso a las perversas _in– tenciones de los lib&ralizantes de 'Cádiz: un Ins– tituto de santas mujeres surgía en España, fra-
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