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SIKPATi.L ENTRE LA SANTIDAD, DOLO.R 111 INOCENOIA 47 en poco estuvo que Igualada fuera la base de la fundación de la Obra que ya nacía y se robus– tecfa en el corazón de la noble viuda. . Cuando tuvo que ausentarse dejó de manifies– to una honda necesidad, se notó bien cuanta sim– patía existe entre el que sufre abandonado y las almas que viven cercade Dios. Todos la reclama– ban como veremos más tarde. Pero su deber de madre, y la obra fundamental suya estaban en el Manso del Escorial. Vuelta allá y dedicada en– teramente a la oración y penitencia, ·recogió cuantos niños y niñas pudo y se dedicó a ense– ñarles el Catecismo, a ser su verdadera .Madre. ¡¡Cosa admirable!! nadie supo mejnr que doña Joaquina ponerse en contacto con aqu.ollas almas inocentes; si l~l dolor y c•l abandono de los en– fermos haliían encontrado on su hermosa alma el deo m;ís intenso y la tornura ILás exquisita, los niños y las niñas encontraron desde enton– ces en su cálido regazo algo que inconsciente– mente anhelaban, a Dios, el ambiente del cielo. A nadie se conflan mejor los niños cuando su razón despierta que a quien trata de cerca con Dios: de aquí el éxito ndmirable de los Institu– tos de enseñanza fundados por los siervos de Dios. Podrán los profanos, los que no quieren ver las cosas por aclnntro, oxtrañarso du olio, y aún revelars(J ·eontm ol lwclw hiRtórico; pero Dios sabe desmentir t.odus las cavilaciones hu– manas y fundir on un solo ambionte de amor,