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!14 MURIIIO llON TIIOOOI<O Olll IIA8 Vallés. "Fuom do los muros que rodean la casa señorial vivlnn ontonces hasta siete familias de colonoH on HUB hl:mcas <•asitas, circundadas de Ren<loH huertos .Y jardinos, todos abundantemen– to J"ogucloa. ~:ntru natos colonos y sus pequeñue– los hijos hizo Doña Joaquina el primer ensayo de npoHtolado <msfJiul.ndoles la doctrina cristia– na y ronwnt.•mdo on todos la frecuencia de sa– cramontos; ora la ::~nñora y la maclre de todos sus felices inquilinos. :/: * * Corona de la madre !l&nta.-Poro donde el corazón ardiente y puro de la sierva de Dios ci– fró todos· sus anhelos fué en la educación y santificación de sus seis hijos.Hay que decirlo para gloria suya y ed1ficación de cuantos ·esto lean. que Joaquina de Vedruna, nacida, al pa– recer, sólo para el claustro, dió al mundo la sor– presa de criar cuatro hijas santas para el claus– tro; y para el mundo al herodero de la estirpe de su marido, y una hija, tan buena esposa y madre como ella. Fijemos un momento la mirada en aquellos florecientes renuevos del corazón do Joaquina para juzgar de sus futuras resoluciones. La · primogénita del hogar era Doña Ana de :Mas y do Vedruna; fué el consuelo de su madre en los días de su viudez, y la precedió en su consagración al Señor que realizó en el Monas– terio de Monjas Franciscanas de Pedralbes;

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