BCCCAP00000000000000000000242

LA VIUDEZ . 31 comenzó a trabajar nuevamente en su oficio de Procurador, Joaquina hacia su labor fecunda y silenciosa de madre. Tuvo siete hijos: dos ni– ños y cinco niñas. Los amaba con una ternura inefable; pero como observara que su segundo hijo varón llamado Francisco, era de un carácter pendenciero y rebelde, sufría intensamente y rogaba a Dios que se lo llevara al cielo, si en la tierra había de extraviarse y ofenderle. Oyó Dios el grito angustioso de aquella madre he– roica, y el niño Francisco murió a los cinco años, antes que la malicia trastornase su mente . y su corazón. * * * La Viudez.-Consolábase apenas de aquel agudo dolor la buena y santa madre, cuando Dios Nuestro Señor la previno bondadosamente · para otro golpe más rudo. Estaba un día en la mesa rodeada del carilio de su esposo y de sus hijos cuando, repentinamente, quedó ~raspuesta y vió en su imaginación el cadáver de D. Tao– doro. Aquella imagen lúgubre desgarró su al– ma; pero dominóse pronto y ahogó dentro de sí aquel triste augurio. Su esposo trabajaba con tesón por su hogar querido; meditaba nuevas hazañas para su pa– tria; consiguió que el Oohiorno del Rey Fernan– do VII, vuelto del destierro, reconociera sus mé– ritos y grados militares con intención de hácer– los valer en su vida y en los blasones de su no-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz