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224, FLORIIICI)(IIIINTO Dl!lL INSTITUTO tuvieron que seguir en un principio la pauta trazada; pero a medida que avanza el siglo XIX se perfecciona la enseñanza, y las hijas de la M. Joaquina adoptan las primeras en sus cole– gios los métodos didácticos, se adelantan a los más modernos procedimiento~ pE)dagógicos». Añadiremos nosotros: su método es cíclico-con– céntrico moderado, sin caer en los extremos hoy reprobados; y han implantado en sus aulas toda clase de aprendizaje práctico: de modo que las niñas, aún las demás elevada categoría social, '2; pueden, si quieren, salir de las manos de las M. M. Carmelitas aptas para la vida real y práctica, que debe ser la aspiración de toda mujer que no se crea un mero mueble decorativo de salón o de paseo. Las Carmelitas enseñan Magisterio, Comercio y Bachillerato en veinte de sus Cole{Ios de Es· paña y América. En todos enseñan higiene y EconomiaDoméstica, con métodos teórico-prác– ticos. La asignatura de Religión, la más prácti– ca de todas, por lo mismo que, pese a los que nc la quieren o no la conocen, se mezcla de por sí en todas las cosas y circunstancias de la vida, es en los Colegios de las Carmelitas completísi– ma, avanzando hasta las clases de Apologética y Liturgia. «Las características, pues diremos con el Excmo, señor Morales de Setién, del Instituto de Religiosas de Carmelitas de la Caridad son: su condición de españolismo neto, no sólo por

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