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-DiliBARROLLO BAliTA lliL AltO 1892 221 A partir de esta fecha las M. M. Carmelitas fueron extendiéndose por todas las provincias de España llamadas insistentemente por los Prelados, deseosos de establecer en sus Diócesis colegios de sólida instrucción y educación cris– tianas. .El año 1856 tenían a su cargo treinta y cinco casas, las doscientas veinte Religiosas de que constaba el Instituto. El año 1859, diez Carmelitas de la Caridad pidieron pasar al Afri– ca, donde asistieron en los Hospitales de sangre hasta que se acabó la guerra. En 1866 eran las Religiosas quinientas cincuenta y los colegios setenta. En 1876 trabajaban en noventa y dos colegios y casas, seiscientas cincuenta y ocho Religiosas Carmelitas. En 1 886 las casas eran ciento veinticinco y las Religiosas mil cincuenta y sei!r. Cuando en 1892 publicaba el Excmo. Cardenal Sanz y Forés la Vida de ~a M. Joa– quina, formaba ya el Instituto dos Provincias· religiosas, la de Cataluña y la de Castilla: Tenía la primera noventa y sie~e casas y la segunda treinta y una, y el número de hijas de la Vble. Fundadora subía hasta mil doscientas setenta, que prodigaban la instrucción y cuidados de ca– ridad a veintisiete mil quinientas y tres perso– nas, la inmensa mayoría de las cuales eran niñas de sus colegios cada día más florecientes.

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