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216 LO SOBRENATURAL dara al niño, que ellas también lo harlan. Me dió una estampa y me prometió mandarme una reliquia de la Madre Joaquina. No sé lo que me pasó, pero se me pusieron los pelos de punta, :me entró un escalofrío y dije: «Madre bendita, tcon quién mejor que con . mi hijo que es tan inocente, puedes hacer un milagro1 y se lo pedí con tanta fe que creo me lo hizo. · En la estación de Cartagena esperaba mi .es– poso y algunos vecinos, para llevar al niño en un cochecito a casa. El mismo día llamé al mé– dico y al practicante que habían visitado y cu– rado la herida del niño durante los cinco meses antes de llevarlo a Madrid. Me preguntaron to– dos con mucho interés qué me habían dicho allí los facultativos; y no quise decirles que opi· naban estaba muy grave, solo dije que tra!a unas inyeooiones y que si las resistía, al cabo de unos años curaría.-«Pues has hecho bien en venir: me dijeron; nosotros seguiremos cuidan· do de él como antes lo hacianios •. Se dispusieron a hacer una cura; mas, al re· conocer al niño, con gran sorpresa me dijeron: e Tu hijo está curado, la herida viene casi cerra– da, el pus ha desaparecido y no hay necesidad de medicamento ninguno, dentro de ocho días estará bien del todo». Al oír estodije para mí: «¡Ay, madre bendi~ ta ies posible que tan pronto hayas hecho el mi- . /. ;·~.=--'.·. ·- ·-~~- . -~ . --~.
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