BCCCAP00000000000000000000242

JÚS MILAGROS 213 te fué dándose cuenta de su figura, contorno y la cualidad de todo lo que se le presentaba. A los doce días de ocurrir este accidente la heri– da estaba completamente cicatrizada, la tension del ojo es la misma 'que en el sano y la visión fina y correcta como la de su gemelo... Según el pronóstico, no solo nuestro sino tam– bién del e~pecialista que vió a"esta señorita, ~>ste accidente había ocasionado la pérdida total de la visión del ojo derecho y como ni este señor ni los que suscriben han visto nunca semejante curación, no podemos menos de confesar que no tiene explicación racional, teniendo que acu– dir al orclon sobronatural que explica todo lo quo nnoHb·a irnn~inucibn eroo imposible. Y pam cpw a11í 110 ha~a constar a instancias dn l•t Hc•iiorit.n intnrnsada 1irmamos el presente cloc:urmnt.o on Uboda (Jaün) a doce de Octubre de mil novecientos veintiuno.-Guillermo Ro– jas Saleya.-Gregorio H. Torralba.- Victoria P . de Pasquau. - Siguen otras veinte firmas. La otra curación prodigiosa la refiere doña Joaquina Cánovas, madre del niño Fornandito Navarro. «Mi hijo F ernandito se acostó con ''ulontura y dolor en una pierna. El médico no lo di • im– portancia al principio; mas después cln unos días, viendo que no cesaba la fiebro, calilieo'• de grave la enfermedad y mandó sacar unct l'l\dio– grafía (que conservo); en vista de la miHmlt dijo

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz