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201 LO SlDREYU'URAL va calma «que entre•. Entró; pidió sencilla– mente la vida de su marido, y el general como detenido en su furor por fuerzas snperiores, la oyó complacido y en el acto mandó sacar de capilla al desgraciado Alcalde ·y lo dejñ libre y feliz en su hogar. Cuando pasado todo el peligro se Stlpo en la ciudad ls. invocación hecha a la :M. Joaquina. nadie dudó de que el Sr. Bortrán le debía l:t vida y la libertad. Existe el testimonio jurídico sobre la cura– ción prodigiosa efect.uada fin 1893 en fnvnrd,, la Hermana Pilar Peypoch de la Stma. Trinidad. En 1897 se verifica otro milagro en favor de la ~ra. Dña. Desamparados ' Ximénez y Mora, en Valencia. Era PSta señorasumamente gruesa, y un día cayó al suelo con tan mala sue1·te que d el golpe le resultó un tumor blanco del cual sanó, después de muchos remPdios inútiles, con solo hacer un triduo de oraciones a la Stma. Trinidad invocando Jos méritos rlf'l la M. Joa– quina. La Hna. Eduvigis Tirado de San Miguel, en– traba un día en su celda, y sin saber cómo se le enredaron los pies en el manto que lo colgaba; .cayó de golpe y se fracturó la rodilla; era el 11 de Enero de 1900. Sin et·eer en la gravedad del accidente comenzó a curarse de la hinchazón que se manifestó ln<'go; pero como no cedía a sus remedios, consultó médicos los cual"s no atinaron tampoco con la gravedad del mal, l!:n

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