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, l"Al!lA Dlf SANTIDAD 199 Hermanas, de la Casa y del pueblo con grande ignominia ~in que el pueblo lo estorbara. Así se cumplió a mayor abundamiento, otra profecía, de la Madt'A, pues la M.M. Sabatés volvió a Vich y recibí·\ de nuevo el cargo de maestra de novicias, abando~ado por imposicíont>s'extrañas a la Santa Madre: y aún en este detalle clas cosas volvieron a su antiguo estado•. En aquel puesto de honor y de responsabilidad sorpren· dió la muerte a la insigne Maestra de Novicias, la.cual, llena de achaques, devorada lentamente por horroroso cáncer, y padeciendo hemorra– gias mortales vivió aún diez y siete años, según lo había predicho la Fundadora. Uorno una pruoba palpable df'l scmtir unáni– mo do! 1nsLituto cm favor clo la santidad de la Mudm, so mantuvo por muchos años en la Uasa de Uaridad de Barculona una costumbre, esta– blecidu, sin duda, en el primer aniverijario de su muerte, por la M. Veneranda. El día 2>i de Agosto, después del desayuno reuniase toda la Comutoidad en la habitación donde la M. Fun– dadora había muerto: una de las Hermanas pro– nuncia!.,a en alta voz estas sencillas palal>ras: «hoy haco tantos años quo muriü aqui santa– muntt• mwstru Madro• y todas se sentaban a conv~>~·sur Irntnr·nalmonto duranto una hora, re– cordando c•pisodios y pala!>ras y documentos de piedad de la llorada Madro.

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