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APROllAC!c\N CANc\SJOA Y CIVIl, J>JilL INSTITUTO l!ll Junto con ol Decretum Laudi< envió la Sa– grada Congrngación una hoja de observaciones . aohl'll nl OcJbiemo interior de las Rt>ligiosas Car– mnlita~ do la Caridad. Rechaza. sin apelacic'on, ol qtw, una Congregación difundida en muchas Diócusis dependa, ou su organización interna, del Pn,lado de alguna de ellas; piles, según los cánones; son súbditas del Ordinario d el lugar· en quo viven, conservando incólume el régimen intt•rnc.> de la Congregación. Por lo mismo na UCPpta la Sagrada Oongo·egación que la Super·io– ra General sea nombrada por el Obispo, sino que se tenga. a su tit•mpo, el Capítulo de las . Hermanas en el que ellas se elijan Superiora General. Para eso exhorta a formular las res– pE-ctivas rt>glas. Y, finalmente, manifiesta la necfjsidad de que el Instituto dependiera de hecho de la Superiora G~>neral y do un Consejo de Asistentes Genera– les de la misma. · Velab'l, pue.s, la M. Fundadora desdo el cielo por su Obm, fmctific .ban sus lágrimas, triunfó 1<11 nspíritu do saci'Íficio. y las Carmelitas •obe. d< ·.,in nclo si<HIIJH'O, ohnu·on bien y vonciorün lns difi•· ulloui< ·H• . 11 ¡,.¡,',roJIHII lnH nnmin11clnH indi<mtlas por la Hnnt.n s,. .¡.. 1\ IJLH ( :onHI.Íttt<"ionc·H (lS(:ritus por el 1'. t•:stlllutu cln Olot., '"' l'"'·hiuo, arrl.'glaJas pos– t.,riuml!·uln por c·l Vl>ln. 1'. Claret y •todo vol– vi{¡ u ijU priruiLivo oRLado». 'l'al es el precioso