BCCCAP00000000000000000000242

188 LUZ DEL CIELO 80BRI!I IU, PEPULCRO ---------------------------------- oiones frustradas por falta absoluta de personal: todo lo cual demuestra con toda evidencia su vitalidad, y habla muy alto en favor de la Ma– dre y de las hijas. Atendiendo, pues, a la situa– ción externa, no se ve cómo la M. Paula .Delpuig pudo escribí,·, que «en aquellos tiempos el Instituto es1uvo a punto de perecer». P<:lro miremos u su interior. a lo que sucedía en Sil forrn·\ci.">u lnt.im, t, y 11n el dosarrollo de la jerarq1íÍa tal cual h r«'glamont.a,·on en 1S50, y entonces veremos la de'lconsoladora realidad que tuvo ante si la M. Paula, al quedar huér– fana de tan santa Madre. .Más do dos añoR hacia que las casas no reci– bían visita de la l\1. Fundadora; estuvieron pri– vadas aún del acostumbrado aliento de sus pre– ciosas cartas. Al Gobierno maternal había sucedí-· do el del P. Bernardo ::!ala, que ponía lln ello toda el empeño de su mandato como Di1·ector G.meral. L:\ Oasa Matriz estaba en deplorable estado, C•>rn•> se do luco do las palabras de la M. Paula: «la encontré sin pan, sin local desti– Bado a l10s novicias. Sigue la M. Paula indicando las muchas pe– nurias materiales que en aquella Casa sufrían las Religiosas y lo que ella no dice, lo cuenta minuci0samente la crónica de aquellos días amargos que siguieron a la muerte de la Funda– dora, previstos por ella y que no lograron ami– norar un punto su heroica confianza en Dios. i '

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz