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186 f,UZ DI!JL CII!JLO 81BRFJI!JL 81lJPULCRO ·recaer Eo>n elll). Sabía que la destinada en la merit.e de la Fundadora para sucederle inme– -diatamente había sido, hasta entonces, la Madre Veneranda, porr¡ne era su primera discípula y babia conocido al Padre Esteban de Olot; pero también sabía que habla espiritn profético en aqudla vonerablo enforma y se resignó a la i voluntncl do Dios y al consejo pe•·sistente de sus con foso t·es cuando ro¡wtidas veces renunció su ca•·go: «Lo que me pasé>, c•scribo ~·lla wisrna, al ser nombrada SnpPriora Genual, no lo digo, porque sería muy largo; mi pena fu é grande: tuve sentimiento considerándomo la más igno- rante, la más mala, y la rníts incapaz de todas. .Mi inclinaci.'m fué siempre el retiro: sentía mucho el viajar. Me pr~>.senté al señor Obispo don Antonio Palau manifestándole mi senti- miento y mi renuncia; pero no fui oída». Dios lo quoría: y ol aciPrto. la prndencia, la fortaleza con que la Madrü Paula gobernó Eo>l Instituto por espacio ele tt-cinta y cuatro aii.os , dt>mostra- ron qno no se equivocó la Fundadora al fiat· de ella todo, en momontos on que todo vaeilaba. En este año 1925 ha quedado terminado el proceso informativo diocesano preliminar para la introduccit\n de la Causa de Be.atificaci6n en Roma de esta digna sucesora de la M. Joa– -quina.

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