BCCCAP00000000000000000000242

181 LUZ DEl. CIIIILO SOBRI'IIIII. SlilPUI.OitO El retrato espiritual de la llorada Maclre llevá– vanlo sus Hijas impreso en ·el alma; y para Sil co·nsuelo fué posible obtener también un retrato eot·poral y fué así. Nunca había consentido la sierva de Dios, que le sacaran fotografía: se negó con tanto tesón que nadie se atrevió amo– lestarla más. P oro la M. Veneranda, de caráct,;r vivo y ejecutivo, quiso aprovechar los últimos meses de la vida de la Madre, para conseguir un retrato: y valiéndose del estado de concen– tración mental en que estaba de continuo la en– ferma, un día mientras rezaba sentada en su si– llón, sin que ella se diHs~ cu.,nta, y teniéndolo todo listo hizo fmtrar al profesir:mal, y obtuvo sin dificultad la amada imagen. Años después, elafa– mado pintor de .Manresa, don Francisco de Paula Morell, guiado de las indicaciones que le hicie– ron las Hermanas que habían conocido a laMa– dt·e en sus mejores años, l'jecutó una pintura muy acabada, st¡~gtín lo testifica por escrito .la Hna Catal:na Vida! de .Tosús qtlOvivió con la Fundadora en Vich, dusdo 1848 hasta 1850, y llevaba es::ulpido en el alma aquel rostro amado y venerado. * * * La M. Paula Delpuig de San Luls.- Este ea el nombro, muy conocido de nuestros lectores, sobre el que debemos parar la atención en este lu,gar; es el suyo; y no quedar•a completo nues- " ¡ . f r -o..· .

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz