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El, 8lili'ELTO 183 llas que, sitmdo propias de vuestro estado, ¡me- den seros más útilt-s y provechosas• .. ............ . eSe distinguió por su gran fe y confianza en la divina Providt•ncia. por su ardiente amor a Dios y al prójimo; pt',r su total dPsprendimiento de las cosas d" la tierra; por sti aplicación al trabajo y al cumplimiento de sus deberes ... y ... finalmnnte por su gran prudencia y tino en la dirección y Gobierno del In8tituto: tan parecido e.~ esto a la gl01·iosa Santa Teresa de Jesús~ .... e No es extraño, que, pertrechada .con tantos y tan grandes dones hiciera lo que hizo, y que alcanzara de Dios singulares gracias, en favor de cuantos a ella se encomt>ndaban; gracias que .<~ería largo referir• ... Concluye el extenso do– cum••nL<l Pxltor·tando a las Ht~rmanas a ser fillles a su voea<·.i:m •para qnu no sean por su rtlbel– dia hij:1s degunnradas e indignas de tan esclare– cida pmsapia•. Dejemos a un lado la dureza de la frase qno acomodaba perfectamentfl en el ca– rácter de aquel benedictino austero y legisla– dor, y pensemos en el testimonio póstumo pre– cioso que sus palabras deponen en favor de la Fundadora a quien no supo comprender duran– te su vida, y cuya Obra andaba reformando en aquellos mismog días. Nosotros conocemos bien a la M. Joaquina y sabLHnos quo ol Direcl;or Ge– neral dice la vur<lnd, y q tw Ullsmiente con ella muchos de sus acws propios.