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, Jllo!IJl~B lllllL AMARGO CÁLia 163 l<:Htd•nn i-l:Lla, Hupc•rior de los Hijos del I Cura~ :r.'"' .t.. Mada y uno <le los Fundadores de lá 1 :on~ro·gueiún ud V. P . Claret, había tenido tan ••n cnwnta a la Madre en todo, y la consideró de tz1l Huorto quo apenas hizo sentir su jurisdicci•\n sohro t•l Instituto: y cuando las energías de oqut•lla valerosa Madre fueron decayendo, hizo sus veces la más antigua de sus hijas, la·M. Ve. neranda. Pero con la nueva Dirección se tomó ad litteram lo establecido en las Reglas del V. P. Claret, y el efecto fué inmediato. Bien sabía la santa Madz·e lo que le había costado uniformar el et·iterio de sus buenas hi· jnli <mando so publicaron ,,1 año 1850: prodigios do pl'tHI••rwia, clo Htt parto, y de esph·itu de .l>iox; .)' dn parlo tl"l Sr. Casadevall ilna ínter" Jll'< 'l.nc :i•'>n lat.a do lo aprobado pudieron salvar la~ dificultadc~ que se voí&n venir. Ahora sabe quo so proyectan nuevas reformas: tal es la mente del Sr. Palau, y así lo intent<\, como ve– remos más adelante, y ella no podía por su sa– lud, ni debía por la total eliminación de su per- , sona do! gobiomo de sus hijas, inducirlas a mir:tr a .IJiu« y 1wguir adnlanto corno lo hiciera nni,.•:L l'or ol.r:t parto Hupo c¡uo Hn Plllprenclía lata– fllll do ntfllrul,ll' ol Nt~vic:iado, IIU querido novi– ÓIII{fl, n•¡u<d plan id l.au aearieiauo por sus cui– dados mat.,rn:ll""· por td r¡uu ~e había desviví-· do iufiltrándolu ~u uspíritu y las tradiciones del