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PRÓLOGO 11 cuentras exagerado, consulta los autores-fuen– tes, sobre todo al gran hiatoriágrafo P. Nonell S. J., y ver!s que me quedo corto, y que mis apreciaciones sobre ciertas cosas y casos son pá– lidas junto a las vivas pinceladas con que las re– lata el doctisimo Jesuita. Aqui tienes pues, mi libro, lector amable; lée– lo y notarás luego que. está escrito con cariño, como quien alguna parte tiene en lo que cuenta. Porque, aunque otra cosa parezca, la Vble. M. Joaquina de Vedruna y su Obra, que no es sino la continuación de su esolritu, tienen sabor fran– ciscano, no obstante el nombre carmelitano que llevan con gloria hace un siglo. Un santo capuchino fué su inspirador, el que formó el alma de aquella mujer heroica para los destinos a que Dios la llamaba; el ferviente hijo del Serafín de Asis le dió..sus ~glas, sanciona– das por la Santa Sede hace setenta años, y por una vida centenaria de virtudes y de éxitos in– negables. No pod[a pues yo·escribir la Vida de la dirigida del P. Esteban de Olot, sin sentir el calor fraternal, y una como obligación de mar– car bien en estas páginRB la acción preponde– rante del esp!ritu franciscano en esta obra de Dios. Nada más; cuando hayas leído mi trabajito bendice a Dios en sus Santos, pldele que no sea

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