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152 HACIA EL OCASO pinceladas de algunos cronistas. Los colegios de niñas principalmente tomaron gran incremento, ocupando desde entonces lugar preferente entre los fines del Instituto, pues reducidas las cosas civiles a la normalidad, las obras de caridad eran suficientemente atendidas por Congrega· ciones nacidas con este exclusivo objeto. La úl– tima fundación que personalmente aceptó la sierva de Dios fué la do Villafranca del Panadés. Tantos trabajos, viajes, preocupaciones y amar– guras anteriores devoradas con tanto valor, aca– baron por minar definitivamente el cuerpo ya enflaquecido y herido de muerte por el primer ataque de apoplegía sufrido en Vallbona. De tal manera se había entregado al trabajo después de aquel serio accidente, que fué precisa la in– tervención cariñosa de sus mejores hijas y aún de su Prelado para obligarla a cuidarse. Los úl– timos invierno~ los pasó siempre en Barcelona. Regresaba a Vich al apuntar la primavera y aprovechaba lo mejor da la misma para visitar las casas y acudir a las nuevas fundaciones. To– dos querían conservar por muchos años la vida de aquella valerosa mujer, que, como decía el P. Sala cera el alma, la cabeza, el corazón y el todo del Instituto». Por ese mismo.tiempo el Iltmo. señor Casa– devall inició las gestiones necesarias ante el Go– bierno de Isabbl II de España para obtener la aprobación legal del Instituto; pero no tuvo el . ' .,

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