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146 HACIA Il!L OCA dO firme en los designios de Dios: era aquel para ella un momento solemne en el ocaso de su vida del que dependía la unidad y la solidez de su Obra, y fió de Dios; obró con prudencia y tacto exquisitos, aún soportando de plano el golpe que personalmente recibía. Ella que había sido avisada por Dios on la oración do lo que ocul– tamente SH JH'<•paraba, vió con el mismo espíri– tu sus inevitables consecuencias, acoptólas to– das an cuanto eran para. ella. aflictivas; poro con ia lógica de su carácter, firmo y adaptable a un tiempo, aceptó lisa y llanamente los hechos: os– taba muy acostumbrada a. ll~;gar al término de– seado y previsto, siguiendo dócilmente las.cur– vas do los caminos señalados por el dedo de Dios. Creemos sinceramente que este es el momen– to en que podemos admirar con mayor entusias– mo el equilibrio moral y sobrenatural de aquella admirublo mujor, con haber sido sometida a tan difíciles trancos on su vida toda. '!'odas las di– ficultades anteriores lo llegaban do afuera, de los enemigos do los que querían destruir su obra: ésta le vino de los de adentro, del Prelado mismo que mostró siempre reconocido interés por el Instituto. Se creaba un dualismo irreduc– tible, puesto que habría dos Superiores Genera– les inmediatos. En las R eglas 5.a y 6.a. se de– terminan algunas atribuciones separadas y de conjunto y concluyen: cno se hará ninguna 1 .

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