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OAilRIO DR lléOtMI!IK EK EL INSTITUTO 145 lnR rneponolih soworamente diciéndoles: cHijaB, rlntlLLnMn y ohoclozcan, que quien obedece siem· prn ohm hión», añadiendo para consolarlas: «por lo domo!.s t•stón tranquilas; con el tiempo laM r.oHnH volverán a su primitivo estado,.. Am, lm9 profocíns se cumplieron. 1•:1 Prelado vicense se hizo cargo del Instituto y nombró luego primer Director General del mismo al Rdo. P. Esteban Sala, sacerdote muy benemérito y que había rechazado la dignidad episcopal: mas la Santa Sede anuló aquel acuer– do, y restituyó las cosas a su ser normal, como dirt,mos on ol capítulo siguiente. So¡(t.ulll\ n lu vi~t.•1 ni inconvnuicntn do que el Ohi~po tln Vi<'h , numolam a la~ Cannnlitas en tmlltV 1111rt1•S, 11!'111 fnnm oln ~U ()i,'H:IlHÍS. Que tU· viom ·n Hn o'.nl'go vigilar lotla8 las Casas aún las csl,,tbJ.,niola~ 1111 otras Diúcosis; y que el Direc• Lor Oenorul, con toda autoridad delegada del Or– tlinrmo de Vich, visitara canónic;amente a las RBligiosas en todas partes por la sola razón de tener ellas su casa Matriz en Vich. Es realmen• te inconcebible que todas estas anomalías, ger– men do perturbaciones inacabables, no llamaran la atención dnl Sr. Casadnvall, ni posaran en su criwrio m:í~ <¡un ol colo quo lo guiaba on bien dol 1 nsLil.uto, sacatlo así do sus naturales cau– coM, o impudido para movt•rso orgánicamente. P ero... y aquí su nota com gran relieve la vir– tud de la Santa Madro; olla tonía fe segura y 10

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