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10 PRÓLOGO seguir en su curso el agitadísimo y turbulento de los tiempos en que se desarrolló. Dígote de verdad, carísimo lector, que la lec– tura del libro del P. Nonell es interesantísima pero ~uy difícil. Toca situaciones históricas muy escabrosas; completa admirablemente el trabajo del Emmo. Sr. Sanz y Forés, pero es excesiva– me.nte minucioso, y no sirve para los que bus– can en esta clase de lecturas un piti:doso deloitP literario, junto con un espejo de vida y de vir– tud donde mirarse y animarse para seguir la su– ya por las sendas que Dios marca. En estos dos distinguidos autores, citados y autorizados por la Sgda. Congregación de Ritos en el Decreto de lntroducci&n de la Causa de Beatificación de la M. Joaquina, me he inspira– do yo; además he aprovechado cuanto se ha he– cho y escrito en estos veinte años pasados des– de el trabajo del P. Nonell; y no busques en las páginas que siguen, citas, notas y llamadas al margen; sábete de una vez, y créeme, que cuan– to escribo está sacado de lo que está escrito y autorizado por cartas y documentos auténticos. En los pUntos más delicados copio al pie de la letra y lo pongo entre comillas, para que veas que no lo he redactado yo; pero en lo demás es– cribo la Vida de la Madre tal cual yo la he sen– tido y visto estudiando y meditando lo que he leido y lo que me han dicho. Sirvate esta noti– cia para todo el libro; si en algún punto me en-