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,, NIJiilVA8 ~'UNDACIONEB . 131i mu,v 1111l.ul' lll, !In tener una imagen de aquel vnnnl'llhln l'npuchino, para su edificación y la de """ hij•1~ . l•:lln eonservaba grabado en su alma ,,¡ n•t.rnt.o ""su austera fisonomía, pero no podía r••pro•hwido on el lienzo: no sabía pintar poco ni mucho. Llamó, pues, un día, a la M. Maria H11hat.ós, Maestra de Novicias, y que pintaba hilm, y le dijo: «quiero que me pintes un cuadro del P. Fundador; tiempo hace que estaba pen– sando a quien lo encargaría, y creo que tá lo harás bién• . Pero, Madre, le dijo la Maestra, yo no conocí al P. Esteban. ?,Cómo voy a pintar– lo sin tener algún modHlo'? A esto replicó la Ma– dre dándolo algunas indicaciones de lo que ella veía en su interior, y i·elatándole cuanto podía. darl<l una idea exacta del personaje. Con esto la M. María Sabatés so fué y obedeciendo puntual, so puso a pintar: cuando hubo delineado su cua– <lro, fuese a ver a la Madre para ver si estaba binn; pero olla no le encontró parecido. Insistió no obtllnto en su mandato· y le dijo: «mira, retí– mt.o 11 tu <'... J<l,¡; ha?. omci<Ín; quiero de veras obe– """"~' ,\' t•ul'omi<lrulnl.n ni Pn<ln• para quo él te nnN••t)n 11 pinl.llrln•, Y HIWndi,', '111" n<¡unll:l noche l11 M, ~nlull.t''"· l"'''"''·lll'lldtl """ Hll i<lnn, soitb con ni 1' 1•>•""•·111 : lll'l 'tl.ro '.-nln •'"¡,, muy dllro y le dtj" • ~llt·nrtt" t.i.. ll, 1.1111 fn y lo lnm\•• · Aquella tllllll{"ll '1"'"1•'• lljr1 1111 lr1 mnttiA~ <lo In que dormía, oun t.ntl11 vivn1.11; y ni lt>VIIttl.a•·~u sn puso a pintar lu •tu" hnhfr1 viHLo '''! HlltH1o: ,Y cuundo después