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PBÓLOGO 7 confianza el motivo que me 'determinó a poner mis pecadoras manos en este tl"abajito. Pasaba por Chile, haciendo Visita C~;IDónica a sus Religio– sas, la Rvma. M. Polonia Lizarraga del Stmo. Sacramento, Superiora General del Instituto de .M. M. Carmelitas de la Caridad. Era el verano de 192f>, y yo tuve la buena suerte de poder ver y hablar un rato a esta dignísima sucesora do la Vble. M. Joaquina. Ten fa sumo interés en ello y aproveché para satisfacerlo un poco de tiempo que me dejaron libre mis correrías mi– sionales por estos hermosos campos chilenos. Pero ... no me figuraba yo lo caro que iba a pa– gar este gusto tan inocente; la Rvma. Madre, tan buena, tan amable y digna del puesto que ocupa, me pidió con lallaneza más grande, que ··~cribiora la Vida de la Vble, Fundadora de su lnHtituto. To confieso ingénuamente que no tuve cara para negárselo, sino que le contesté a lo dlikno •¡,cómo no, Madre7» Y .. aqul me tienes ahorn c:umpliendo honradamente mi palabra. l'undn H!ll' quo es\A:I motivo se te antoje fútil, puro pnm mi fuó decisivo. Porque has de saber 'llln, dn11dn qun l1w M. M. Oarmolitas llegaron a Clhllu "" 1\1111, lu• Hnl(niclo muy dn r.orca su tra– I•"Ju, y 1111.)' 111lmir•dur Nior.nru dn nllaH. No las CI<IIIUUIA an'-'• ni cln uumhrn, t., lu confloso; pero huy 1 .. """'"'""numo col <¡un m'11 on España y Aml'lrlaa. Nn aun prn~:unti•H por qué, pues no po– clrla rnv11larl.n mi ••·eruto.

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