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96 NUEVOS AVANCES Y NUEVAS CRUCES sus hijas acompañando a la Virgen y a San José en su huída a Egipto con Jesús Niño, y no se dejó acobardar por nada. Así llegó la caravana Carmelitana hasta Castellar d'en Nuch donde pudo reposar un poco y reponer sus fuerzas para emprender de nuevo el camino, en deman– da de la frontera. Tuvieron que soportar en esta jornada la humillaci¿n de la Virgen cuando caminaba a Belén: se les negó hospedaje en una casa de campo que encontraron al anochecer en el camino; pasaron la noche al sereno y jamás perdieron su habitual alegria y valor cristiano. Así lo cuenta la Hna. Vicenta Codera, novicia fervorosa, que quiso seguir a la fundadora en todas sus peripecias. Ella nos dice cómo en re– petidas ocasiones, durante aquel penoso viaje la Madre refrigeró la sed de las Hermanas mila– grosamente, tendiendo su pañuelo sobre un tur– bio charco que se convirtió en cristalina fuente. Otra vez mandándoles que movieran con sus delicadas manos t.res enormes piedras, asegu– rándoles que allí encontrarían agua cuando no había de ello el menor indicio: y refiere la no– vicia que las piedras cedieron suavemente al primer contacto de sus manos, y .. . demostraron que la Madre tenia razón y todas bebieron agua pura y fresca. · «Cuando estábamos ya internadas en las mon– tañas fronterizas, dice la Hna. Vicenta, me ofre– cí yo a velar el sueño de las viajeras por la no- ·~

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