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DESDE BERGA AL DESTIERRO 93 de sus desoladas hijas, llorando su ausencia, ha– clan violencia al Corazón de Dios para que con– fundiera a sus verdugos. Aute aquel cinismo se comprendió luego lo que se podría temer contra la Vble. Fundadora si permanecía en Vich, por lo cual los Prelados y cuantos la querían fueron de parecer que debía it·se a Barcelona donde estaba más segura: acor– daron también suspender por el ·momento, la admisión de nuevas postulantes, hasta que amainara la borrasca levantada contra los Insti– tutos Religiosos. Desde llerga al destierro.-El estrago de la guerra civil llenaba los hospitales de Cataluña de heridos pertenecientes a los dos bandos beli– gr¡rantes. El Sr. Obispo de Solsona en una car– ta con la que expresaba a la sierva de Dios su satisfacción por tener tan bien atendidos en Car– dona y Solsona, dominadas por tropas gobier– nist.ns, lnH soldados heridos, le pedía que envia– ,·a 11 1\nt'J.(ll un ~l'llpn do sus hijas para que tra– ¡,,jtit'tlll nllr\ ••11 uhm tnn c·.ndt.ativn: ora ésto el l 'i ,¡,. 1•',¡,,.,.1'11 ,¡., 1Hlli•. l'•·ro In Mndn• no pudo ''"'""''"" ''"'"l'lnc·oot·lo•, t•Mtm·luulu. por las mismas l" 'rt.nrlttll'loii••N el•• l11 ¡•,u•·t'l'll '1"" c·ulminaron en Vic:h, c'.llll luH Mllt'c•H"H .1'" ,..,lnt.ndos. J'uro apode– l'lÍndosn do In c•.iuclnd ,¡,, llt~l'ga los ejércitos t !arlistas un 1 Hlltl, los Htistii<>H jofes dispusieron ·

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