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-97- Francisco, porque fué semejanza de " un vaso de oro macizo adornado de · toda elase de pie– dras preciosas, y Ueno de perfumes suavísimos", como dice la misma Crónica al comenzar su biografía . . . Mi·rándonos en estos daros espejos, imite– mos con fidelidad eximia ·las buenas costum– bres de la Orden. Cierto que muchos usos anti– guos están en desuso, por la evolución de los t iempos y de las cosas ; pero todavía ·tenemos prácticas y ordenadones vigentes, y es necesaTio que en su guarda y observancia demostremos nuestra adhesión y amor de la Orden· La santi– dad del Instituto debe bril·lar por medio de sus prácticas. Corno -llevamos uniformemente el santo hábito que nos distingue, debernos man– tener las costumbres y usos que caracterizan nuestra paternidad ... La fidelidad a estos san– tos ejercicios de familia debe constituir el an– helo pecul iar de nuestro espíritu . . . Quien tiene este anhelo no se extraña" de la diligen– te vigilancia de los super-iores en hacerlos ob– servar.