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-87- omnes". E·l aborrecimiento ·es contrario al amor, y si no arrojábamos del corazón y de •la voluntad el mal humor venenoso del odio, ( 1) no po– dríamos ama·r a·l enemigo, que es también re– presentante de Jesucristo. Hagamos a'lgunas re– fl·exiones. Discurso: El que tiene una calentura recia y mortal, aunque tenga un vaso de agua fresca y crista– lina junto a otro vaso de agua repugnante, pe– ·ro medicinal , aún 1revolviéndosele el estóma– go, haciéndose fuerza , deja el vaso de agua fres– ca, y toma el de medicación. Los ojos y el ape– tito iban tras el agua fresca, pero la voluntad, aunque sin gusto y con repugnancia, eligió la purga ... Es el caso de la dilección del enemigo. Hemos de considerar a ·los adversarios como imágenes vivas de Cristo, pues ni Zeuxis ni Apeles. supieron p intar cosa más parecida a Je– sucristo. Aunque una imagen cayendo de :los al– to nos descalabrara, no seríamos tan necios que pateáramos y destruyéramos imagen, tan me– ritoria, sino que con dolor levantaríamos el cua– dro, lo volveríamos al lugar y procuraríamos cu– rar nuest.ra herida. Si un Sagrario o Custodia de piedra mal ·la– brada encierra dentro el Santísimo Sacramento, no por ser mal •labrada dejamos de venerar y reverenciar a Dios dentro de aquel sagrario . .. Pues bien; en mi enemigo está Dios por esen– cia, presencia y potencia ; pero además, se ve a Jesucristo que dice: lo que a ellos hiciere is a mí me haceis. Bien quisiéramos que todos fué– ramos santos y perfectos; pero ya que hay quie- --o> Non od~ris !ratrem tuum ln corde tuo (Levit 19-17).

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