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-60- volun t;;;d estaba en ambos, en pureza de inten– ción. Efecto de est2s disidencias ocurrió el en– carcelamiento del Patriarca San Grilo. El mismo San Cirilo pers iguió a San Crisóstomo hasta que amonestado milagrosament·e dejó de acusarlo. En el caso que en estas conferencias he~ mos repetido, respecto al Beato Juan de Parma v de San Buenaventura. Este joven de 34 años, Ílegado al Generalato por renuncia de aquél y por indicación del mismo Beato, formó t ribun a·! ; el joven General contra el anciano ex-general; un santo contra otro santo, ambos sabios y pru– dentes. ¿·Razón? sin duda que San Buenaventura tomó el negocio bien cen tra su voluntad . . . Pero era General y tenía que atender a las ra– zones de los émulos del Beato Parma. La ·razón que San Buenaventura tenía y acaso muchos de los acusadores, era objetiva·menN falsa ; pe– ro había ·en •la Orden una cláusula que dice que cuando un rel·igioso fuese sospechoso de fe , donde quiera que ·lo hallasen ·lo pres·entasen al más cercano Custodio etc. . . . Et Custos tenea– tur per obedientiam ipsum forfite·r custodire etc. Era e·l caso. Los émulos creyeron o fingían que el ex-General era sospechoso de herejía joaquinista. El mismo Abraham Bzovio aousó a Juan de .Parma de 27 er·rores deducidos de un libro que se suponía era escrito por el maestro Parma. El motivo objetivamente era falso, pero aparentemente daba base para •la acusación y podían unos y otros obrar por motivos de pu– reza de intención subjetivamente. El motivo fué absurdo ·porque el ·libro Intro– ducción in evangelium aeternun que contenía

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