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Exordio. LA VICIL~NCIA R'ELICIOSA Vigilate itaqoo omni tempore orantes Luc. - 21-37 Es consejo y precepto del salvador : Vigila– te et orat·e ·ut non intretis in tentationem. La vida es una tentación. No es acaso un asunto propio de estas con– ferenci as sino de meditaciones de ejercicios, pero siempre es tema de actualidad •lo que puede precavernos pa:ra ·no cometer maldad. Las conferencia religiosas son estimulantes ·le vi rtud, son exhortaciones al mejoramiento de las obras cotidianas; pero ·la vigilancia ¿ no es .1caso un deber de cada día? No es pos·ible in– currir en una caída en cualquier tiempo dol .1ño? ¿No decimos muchas veces al día : No ncs dejes caer en •la :t.entación, más líbranos del ITlil'l? ... Pera esta vigilancia y solicitud de cada día ''s grandemente necesaria en estos t iempos de .constante disipación. Necesitamos convencer– nos de que los enemigos del aitm·a es~~Ín siempre preparando sus dardos cont·ra el corazón del re– ligioso? Veámosfo. Discurso: No se qué abuso de razón nos convence de que un religioso ya está en lugar seguro. Cier– lamente que ·es un bien inmenso el retiro del