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-49- .-. - las objeoione~ no son razo- Ma~. ~i !.1 't · ;· ·;:_; ~: ti.'~r1e motivos d~ credulidad firm•~s. ¿o;,/ i· : · .,.., las obie:ic•-:es? Has ta .,¡ misterio de ·" :;,mtísi ma Trin{d<Jd t iene prue– l),; s en favor y ''~~_icdon·es en contra. La prueba a h .i" ·:.r, 50n testimonios de infinito valer. . . Pero ~::~. ' :1:nt_,¡.., ¿qué valor tienen uno .m e l juicio perVllh . T<Ji vez las mi smas obje< cione~. no ofmc""' ' ·"" -c:usa que refl ejos de ene– mistad o poca v~b .,.. ;. .. Como d ice San Fran– ·:: isco de Sales: a ve•..::; ·i;asta el bien que hace el prójimo se nos antoj :.; .,-;,.;i, por envid ia o rivali– dad. Evidenteme:n te " ' amor propio es gran sc- 1 ista ... Todo juicio hech":: de_,¿.,, ,_,., o unto de vista así. es temerario. Las conó<"'·~ t···:'lc-i as deduód<Js por .~ste método de objecicr... ·~ deben ser tam– hién fa•lsas. Es necesnrÍI:'> m ··~r ias .cos-as ·impar– cia•lmente, por ambas ·car~s . '! .o;x¿~mi nar las con– · .c~uencias. A todo el rnunco s·.' :., pueden hacer •Jbjeciones. Los que somos !ir;,;' c;cic.>. aún mi– r:índolo todo nos equivocamcs .. . Muchas veces ·lo ·mismo bueno '-1"'' ' q¡¡is1éramos no !!XÍstÍ'era, nos hiere ... Temernt.J.> ;". vez que zutano o fulano QOr sus buenas r>l'''•l<;é<.> venga .1 ser un peligro pa,ra nuest-ra van lt.:id ¡Qué misterios del corazón' Sobre todo es temerario met·erse en l:.:- •': -– tenciones donde no entra ni la misma lc::< -,' J. ¡JuE:s eso se reserva a Dios. De -los juicios t,_-;,;.-,,J– rios brotan ·las palabras temerarias y las p.,ia– :,ras son las armas con que se lucha const2nic– rnen te. Es preciso frenar el juicio para f rena r 1.1 palabra. . . " Eadem mensura remetietur vo– i>is.