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-45- de acción. La besaré amorosamente, El me quie– re bien. El no permite este mal sino para mi provecho, sea su nombre bendito. Y ¡qué ventajas podremos sacar aún materiales con el perder la resignac ión! No podremos evitar el golpe que •la malicia prepara; aumentaremos rl dolor con la inquietud del corazón. Podre– mos decir : Me podréis quitar •Un poco de bien material, pero me .preparáis un b ien eterna!. Digamos pues con jacob cua·ndo tengamos que actuar, con .resignación en cualquier even– tualidad de la vida : "Dios está aquí y yo no lo sabía". Nosotros ·lo sabemos, si, pero mu– chas veces no queremos acordarnos ... Recor– demos la frase de Sta. Ma·rgarita Alacoque: "El o~mor reina en el sufrimiento". Desde toda l·a eternidad Dios nos ha elegido para santificamos por medio del dolor y del amor. :,~n Francisco de Sales nos da para concluir un i>cl·lo pensamiento : Todo lo que se hace por .·mor, es amor. Por lo demás ved aquí una máxima que nun– ';: se debe olvidar: Nunquam desit tribulatio pcrsecutionis si nunquam desit c-bservantia pie– latís.

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