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-38- Ot-ro caso: Ent·rando una vez el mismo Padre en ·u,., · convento de monjas, ·una muy santa y ~endM~ se abrazó con él de devoción y púsole ·la boca en el corazón donde traía un crucifijo, y quedóse allí ar.robada ... Cosa más o menos pr·udente y oportuna, tal vez no muy lauda– ble. . . Pues bien; esto se •le acusa en el proce– so' con tales palabras que sonaban una gran des– honestidad mezclada con ·la herejía de alum– brados ... De ese modo es el ver de la mali– cia. . . Pero digo que en todas estas cosas doc ·lorosas C!Jando Hegan, como en este caso a pro– ces<;>s y acusaciones, sabe Dios sacar partido .. . Aquellos PP. Carmelitas hallaron en estas y Qtr¡¡s cosas semejantes que cuenta el Padre (Di~logo 4), cosas muy graves y •!•legaron hasta a quitarle el · hábito, después de lar– ga prisión, los mismos a quienes se lo dió .Cracián como prelado. Y no fué cosa sólo de el·los, sino que el proceso se hizo con inter– vención de dos jueces de otras Ordenes, uno domínico y otro jerónimo; pero ·las é:C·usaciones estaban tan bi·en adobadas por equel-los ~osos que creyeron que hasta con hipoc·resías había en- gañado Gracián a Santa Teresa. . . . Esto sin perjuicio de ql!e ·los mismos PP. de la C.9nsulta que le echaban de 1 1a Or.den trataban y procuraban hacerle Obispo, con tal d·e que vi– viese fue~a . . . En fin, que cosas Dios ordenó pa– ra b ien de todos ... Como cuando a José le ven– qieron S\.IS hermanos, que fué enviarle a Egipto para q1,1e fuese salvador del pueblo y virrey . . . Ocurrió •la expulsión de Gracián el 17 de Fe– br~ro de 1522 y esta e'xpulsióñ fué para muchos gloria a Dios bien de su alma y grandes frutos. Dejemos a Dios obrar que de •la muerte o rotura del grano hace brotar el árbol ... Claro es que hay derecho y a veces obligación de defender Ia

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