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-24- Después del capítulo de 1257 a instancias de sus émulos, se le hicieron aquellas famosas cinco acusaciones que Mariano de Florencia atribuye a Peregrino de Bonomia. De todas suertes quedó entonces bien manifiesto el mal de las detracciones que obedec·e a resentimien– tos pasionales. Porque consecuencia de aquel movimiento, fué 'la famosa encarcelación de Fr. Gerardo y de Fray Leonardo, a los qu·e el mismo San .Buenaventura hubo de castigar ... Esta vez con causa, porque eran fanát icos joa– quinistas. Más .r·especto al Beato Parma no se pu– do probar esto: Waddingo lo defiende a capa y espada y con razón . . . Era hombre pruden– te y santo ; pero nunca es santa, ni sabia, ni pru– dente, •la rivalidad ; y la emulación viciosa en– cuentra abominable el mismo celo y discreción. Pero nuestro deber es evitar toda detracci ón y murmuración afin de conservar la paz domés– murmuración a fin de conservar !a paz domés– tica. ¡Qué difíC:I es! . . . Y que males vinieron a 'la orden a ese respecto. Carécese a veces de la delicadeza del .amor y hasta de !a misma conciencia. Se murmura y detrae, sin mirar .las consecuencias. Exclama el murmurador : no ofendí a Dios; sólo hablé contra el hombre, ¿Qué mal he hecho? ¿Quid malum feci? in hominem peccavi. Pem diremos con San Agus– tín. Noli contemnere: ¿in homnem peccasti" Vis nosse quía in hominem peccando peristi=> . . . Peccantes in fratres et precutientes conscien– tiam lorum infirmam, in Christum peccatis

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