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-21- Oiseurso: Todos hemos menest·er recorda·r que somos :·nend igos del favor y de ·la paz. Pero todos so– mos tamb ién creados de una arcil•la frágil. El pecado nos dejó bi·en heridos en Jo espiritual , y hay gran necesidad de estar constantemente arma al brazo contra las conscupicencias . .. ¿Unde lites in vobis; nonne ex conscupiscentiis vest ris? Cada cual busca sus razones en la nora de defenderse ; pero por lo general' :fas ·razones del amor propio no son moneda de valor" , son ra– zones falsas con apariencia de verdades. ¡Mis razones!. . . ¿Qué son mis razones? juicios míos, mi rajes individuales . . . Las razones ob– jetivas hay que busca rlas con 'la moderación de! juicio, en la ley y en el deber. Contra los deberes ¿qué razones verdaderas pueden a·le– garse? ... Sin embargo como decía San Crisostomo ca– da cual ·lucha con su's razones, tin ruones . .. ¿Por qué? Porque vienen a ponerse en el lugar que pertenece a •la razón el pretexto, la con– veniencia, el interés" . . . "Nolle in causa est et non posse pretexta-mus" El no poder se adu– ce como razón para contrariar una orden; pe,– ro la causa auténtica es el no querer. Claro que no se dice esto sino aqueUo, y de ese modo sue– len desarrollarse cien cuestiones en las que ca– da uno pone un motivo privado como razón apodítica. "Sus razones, no razones objetillas. Indudable que .la pa·labra razón es una palabra que se puede emplear en ~entidos contrarios como un cacharro de varias asas que cada cual lo toma por donde quiere.

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