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DE LA DETRACC'ION Y DE LA MURMURA– CION Exórdia. Se¡pulahrum patens e.st gutur eont!n. SaJm. 13-3. Es necesario que recordemos muchas veces, que la t ierra en que estarnos, es tierra santa. Que según reza un texto que se aplica a nos– otros, Dios nos puso en un ·lugar de paz. "Fac– tus est in pace locus ejus". Y rea lmente tene– mos que alabar incesantemente al Señor por este beneficio: "Quoniam bonus quoniam in secu·la misericordia ejus". El Seráfico Padre que nos enseñó a empiear el nob!·e saludo de la Paz: "Pex vobis", que– ría que esta paz la gozáramos primero en ca– sa, y que por ·redundancia se prodigara a 'los extraños. A fin de que eso se ·iograse. nos im– pone en la Regla aquella cláusula : huyan los frai+es efe toda detra<:c:ión y murmu·r¡¡dón" porque les detractores son los guerreros do– mésticos, y con ellos no es posible mantener !a paz y concordia. Generalmente del interior del religioso depende la conducta exterior. Ei religioso que es cu idadoso en su formación in– terior será también cuidadoso en su procede r exter ior . . . De todos modos, comentemos aqueil as p<1 l<1bras de S. Frands::o.