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-211 --:- .pero, que tengamos que actuar en la contempla– .ción, hay que saber ·los elementos que concu– 'rren a ·este fenómeno. Sol·emos leer y oir cosas sabrosas y repetidas r·es'pecto a ·los demás esta– dos espi·ritual·es. ¿Cuántas veces nos hemos preo_– cuopado de .. ~studiar .este a_sunto? Hemos dicho ya que los elementos de est,;~ .contemplación infusa o míst·ica son .el don de Inteligencia y el don de sabidu·ría. No son dones que estén reservados a ··los secretos de Dios y que sólo visita11 a ciertas almas privileg·iadas. ·Esos dones que se nos infunden con ·la g-racia; radicalmente están con ·la .gracia santificante, .pero no obran sino según ··las disposi·ciones per– sonales. Están, pues en nosotros aunque nos pa– .rezca cosa extraña. Son, empero, capita-les de energía que •no se uti·lizan, como el capital ol– vidado en el encierro de un cofre del que no se hace caso. Abramos · el cof·re recurramos a utilizar el capita-L Eso que nos pa·rece· imposible de ...ser con– templativos, es sencil·lamente ·factible , si pone– mos en juego estos dones. No ent·ro en ,fa cues– tión de si se puede o no merecer •la .contempla– ción infusa. Es evidente que aunque no . tenga razón de mérito puede uno prepararse para ob– tenerla.Tarripoco entro a determinar, si es o no necesaria·para · la perfección del alma. Hay teó– logos que enseñan que no se puede desa-rrof,far debidamente y llevarla a ·fa meta sin la contem– plación infusa. Yo me atengo al problema ¿Cómo obran en esta contemplación •los dones de intdigencia y de sabiduría? Digamos mejor ¿qué es el don de la inte-

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