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-205- después de ·las vi·rtudes porque son como efecto de el'las no en cuanto al uso, sino que en cuan– to al hábito. Fel·ipe Conc~la·rio estableció ·la definición de los dones con más claridad. Según él, Jos do– nes vienen a robustecer ·las potencias ut liberius ac e~peditius virtutet colantur". En una palabra, los dones deben m i-rarse como di-rectivos de ·las pasiones y principios sobrenaturales de •las vi·rtudes para obrar recta– mente. Di-ríamos hoy con .la mayor parte de los teólogos que ·se nos dán no sólo para obrar rec– tamente, sino para obrar más altamente ; no só– lo para real iza-r •la obra, sino para faci.litarla. * * * Sobre todo interesa estudiar su relación con .la experiencia mística. Dada su ·relación causa-l según San Buenaventura, Santo Tomás y Alberto Magno respecto ·al fenómeno místi– co esencial, debemos detenemos en los dones di-rectamente en relación con este fenómeno a saber : el don de inteligencia y de sabiduría. A San Buenaventura se debe ·la definición de la contemplación mística como conocimiento ex– :>erimental de Dios. "Cognitio experimental is Dei". Esta ·experienc ia mística, es efecto de la actividad principalmente del don de sabiduría. Sin duda, que en esto no concuerda Escoto por– que no admite d istin ción entre dones y virtu– des y declara que •las vi·rtudes y dones son un mismo hábito aunque de especies di·ferentes. Es decir, que estos hábitos espirituales son todos virtudes de las que !os dones y bienaventuran– zas son so!o activi<!ades especiales. Nosot-ros af-irmamos con Sán Buenav-entura que la expe– riencia mística es efecto del don de sabiduría que encarna un hábi to d'stin to que ·· e! de las

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