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-186- de potencia Dei absoluta y de potencia Dei or– dinata, et de praesenti statu. Estado en que Dios quiso que ·por el pecado se prestase no solamen– te una satisfacción condigna y suficiente, si– no superabundante e infinita reparación por ·la pasión y muerte de Cristo. De modo que una vez determinada la sa– tisfacción superabundante e infinita era nece– sario que el Verbo se ·encarnase en forma pa– sible. De otro modo se hubi era encarnado en for– ma impasible para ser Cabeza y gloria de ·la Creación. Esta es nuestra enseñanza tradicional de la mayor parte de nuest·ros teólogos aunque Alej~n-dro de Hales a veces se hava co ntrad:cho en este t·ema. Fué el Seráfico Maestro SJn Buenilventuru quf':rntes que el mismo Santo Tomás trató objeti– va y profundamente este asunto preparando la sentencia que luego apareció como escotista. Para San Buenaventura, Cristo es el cen– tro de toda especulación y de toda la filosofía y teología. Mateo Aguaspartas, Maestro de París y de! Sacro •Palacio y discípülo de San Buenaventura, afirmó resueltamente con las razones de su Maestro que "Christum etiam incarnatum fuis– est si horno non pecasset". De modo que fué el primer franciscano que enseñó ·la predestina– ción absoluta de ;la Encarnación. Ligado se h.c li ~ con esta doct·rina el tema de la influencia de Cristo como cabeza universal de la Creación. Es decir, Ca·beza del Cuerpo Místico que forman los ángeles y ·los hombres. (1) ¿Pero, qué entendemos por Cue•rpo místi– co de Jesucristo? Debe tener este cuerpo, sus notas y características. Consiste este Cuerpo en el misterio de ·la Unión entre las criaturas y su (1) Emile Mer.sch S: J . ''Le Corp.• mistlq.ue du Chrls·t". ~::-um U>_.ss!.a.nutn 1933.

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