BCCCAP00000000000000000000240

-183- nis gloria et honore coronandum, Deus omnia creav it ( l) . San Buenaventura concuerda con él , cu5n– d:> :?scr;be: Non enim Christum fina liter ad nos ordinatur sed nos fina-liter ordinamur ad ipsum, qu ia non caput propter membra sed membra propter caput" (2) . Añarl-mos unas palabras de San Lo~enzo de Brind is : ad honorem et gloriam Christi, Deus un iversa creavit". Todo ·lo cua·l quiere dedr, que Cristo no se or.dena como finalidad del hom– bre, sino que el hombre está ordenado a Cris– to, puesto que Jesucristo es cabeza del mundo creado, sobre tcdo del género humano. De ahí nace el problema de la influencia de Cristo sobre todos los seres, sive quae in te– rris 5~ve quee coe.lis sunt". La teología tomista que considera !a ve– nida de Cristo únicamente para ·la •redención del hombre t iene que llegar a •la teoría de que Cris– to no influye en la gracia y gloria esencia·! de ·los ángeles. Podrá ·influi·r en él·los con bienes sobrenaturales accidenta-les, pero no con bienes sobrenaturales esenciales a su estado. Mientras que la teología escotista admiti-endo 'la Encama– ción, independientemente de la caída del hom– bre, llega a establecer que Jesucristo tiene la primacía sobre todo el orden creado, y que in– cluso la gracia y .Ja gloria esencial de rlos ánge– les están influidas por El. Es decir, que en sen– tido estricto, Jesucristo es cabeza de los ángeles y de ·los hombres. Indudablemente que muchos teólogos abrazan .la teoría tomista. Pero, los textos que pa·ra aHrmar su tesis presentan no parecen probar resueltamente su aserto. Es natural, que (1) P . L., t. 168 col. 1624. (2) m Sent d. a2. a 1. Sol

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz