BCCCAP00000000000000000000240

-167- mismo sino en la pura y santa intención con que la llevemos al cabo. Contribuyamos con nues– tro esfuerzo al bien general, poniendo de nues– tra parte lo que podamos; que hay muc has ma– neras de solidarizarse con el ·empeño común; pero, nunca tengamos el mJI es:Jí ritu orítico de repudia•r el trabajo ageno porque en él vea– mos algunos defectos. . . Pensemos que el tra– bajo cuesta, pero la crítica negativa no cuesta.· Para demoler un monumento, basta una piqueta; para levantarlo, fué menester el traba jo de muchas horas de meditación y el genio de un ar– quit>ecto. Lo que demue!e un salvaje a!1arquis– ta, necesita de arquitectos sabios para volverlo a hacer. Por eso pongamos generosamen :·e nues– tra admiración en ·los que trabajan, y si no po– demos iplÍtarlos, no estorbemos su obra, a·ntes c~búyamos con otro t.rabajo de cola:•oración - a- q~,;e se sostenga, para bien de •la Iglesia y de la Orden. En fin, según la frase de Jesucristo al hombre debe juzgársele no ·por ·las palabras sino por sus obras: operibus credite . . . E! que no presenta obras como prueba de sus méritos es un fra•casado. Las obras son de muchas cla– ses ; ero, hacen fa·lta obras ... "Ut fructus ves– maneat . . . La Orden a que pertenecemos se ha forma·do en el trabajo y siempre ha .reco– mendado el trabajo. Por que además del pro– vecho que trae para el alma •no debe olvidarse que "futuris vivimus. . . De ahí la necesidad de una pronta solidaridad para apoyamos mutua– mente en el trabajo para labrar nuestra historia que habrán de leerla, o utilizarla los venideros... ( 1) Ora et ·labora ¡Qué gran programa es ese! Su realización es puro franciscanismo. (1 > Si eoliUm prela¡tl eos ex Ignara disslmula.tlone otlarl ,permiserunt... denuntientur a suis officlis e~.se suspensl. . . dec!a una ley de la Orden Seráfica ("De mode laborandl N. 8"). De ne.gUgent!a Quidem nostra sterHitas mentís nostrae descen<llt <•N. 10).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz